domingo, 14 de marzo de 2010

"RAFAELILLO": EL PALCO LE PRIVÓ UNA MERECIDISIMA PUERTA GRANDE EN CASTELLÓN

RAFAELILLO ganó la guerra de Victorino, con Moreno herido grave en Castellón

Por Juan Miguel Núñez -AGENCIA EFE-
CASTELLÓN (España). Domingo, 14 de Marzo de 2010.
Un valiente "Rafaelillo", sobresaliente también por conceptos como la técnica y el buen gusto, acabó imponiéndose a la imposible corrida de Victorino Martín, en la que cayó herido grave José Luis Moreno, en el último festejo de la Feria de la Magdalena de Castellón (este de España)
FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Victorino Martín, vareados de tipo, pero serios y bien armados, mansos y moviéndose mucho, que terminaron "orientándose" en el último tercio. Corrida difícil y con peligro.
JOSÉ LUÍS MORENO: pinchazo antes de rematar el toro "Rafaelillo" de dos pinchazos, estocada y dos descabellos (ovación que saludó un peón).
Rafael Rubio "RAFAELILLO": dos pinchazos, estocada y dos descabellos (ovación tras aviso); estocada casi entera (ovación); y estocada desprendida (oreja con fuerte petición de la segunda y aclamada vuelta al ruedo).
LUÍS BOLIVAR: estocada baja (vuelta tras petición en el límite); y tres pinchazos y catorce descabellos (silencio tras dos avisos).
En cuadrillas, valiente y oportuna lidia de Pepe Mora al segundo, y a caballo se lució Juan José Esquivel en dos puyazos al sexto.
En la enfermería fue operado José Luis Moreno de "cornada en la parte posterior del muslo izquierdo con trayectoria ascendente de veinte centímetros que produce gran destrozo muscular. Pronóstico grave". Fue trasladado al Hospital Provincial.
La plaza tuvo casi tres cuartos de entrada en tarde despejada y muy fría.

"VICTORINOS" DE ARMAS TOMAR
No había ido mal la feria, pero siempre se piensa que la de Victorino, que echa el cierre, va a redimir otros aspectos negativos en el haber de toros y toreros de días precedentes. Fue desde luego corrida distinta, por la agresividad del ganado y por la aguerrida actitud de la terna.
El envío de Victorino, de armas tomar. Esa fue la principal premisa de la función.
José Luis Moreno terminó en "la cama". Fue una cornada espeluznante. Certero el toro en el embroque. El rubio torero de Córdoba no había terminado de pasar, empeñado quizás en meter la espada a toda costa, después y a pesar de encontrar hueso.
El "victorino" no perdonó, alcanzándole de lleno antes de derribarle. Le buscó también en el suelo con saña cuando el percance estaba más que consumado. Hemorragia grande. Casi dos horas en manos de los médicos. Pronóstico grave.
Bajo esa sensación de olor a cloroformo transcurrió la tarde. Los de Victorino no perdonaban errores, "orientándose" en cada pase, lógicamente inacabados la mayoría. Los cinco primeros toros, sin excepción, con los apellidos más malévolos: mirones, andarines, frenándose y rebañando. Cinco pájaros de cuidado.
De Moreno hay que decir, pese a ser más noticia por el percance, que estuvo muy resuelto y valiente. Brillante en el saludo a pies juntos con el capote. Se preocupó de lucir al toro en el caballo, aunque quedaría claro que por manso no merecía tal honor.
Muleta en mano anduvo muy comprometido y capaz, muy firme y centrado, perdiendo pasos entre pases y llevándole muy tapado, la única manera de ganarle la acción.
Después de acabar "Rafaelillo" con el toro agresor, la corrida fue una sucesión de imposibles. Y eso que los dos toreros que quedaron en el ruedo estuvieron dispuestos a todo. Valientes y habilidosos, sin embargo, fue imposible resolver contra los elementos de tan difícil "victorinada".
El sexto fue la excepción. El único toro que regaló embestidas. "Rafaelillo" salió a saludarlo con larga de rodillas en el tercio, y lanceándolo de pie con arrebato. Se vino el animal de largo en la muleta, humillado y a gran velocidad. Sin duda, el toro de la tarde.
"Rafaelillo" le plantó cara con seguridad y arrojo. Fue un estremecedor toma y daca en el que no faltó el susto de una voltereta al perderle el torero inoportunamente la cara al toro. Un fallo por la ceguera del ardor.
Pero terminó ganando el hombre, su decisión y arrojo, su buena compostura también. En definitiva, una enorme capacidad torera.
No se enteró el presidente, que no leyó bien la tarde, su emotivo contexto. Lamentable error, no calibrar la importancia de la acción de "Rafaelillo", que tras la estocada y pese a la fortísima petición de las dos orejas paseó sólo un trofeo. Ni punto de comparación este triunfo con otros sobrevalorados de días anteriores. EFE

No hay comentarios:

Publicar un comentario