LA XXI FERIA TAURINA DEL ARROZ DE CALASPARRA.
Ignacio González, David Galván y Antonio Espaliú– todo voluntad y entrega- se estrellaron ante un encierro infumable –solo fachada- manso, descastado y sin fondo.
A destacar: la actitud de la terna, la estocada de Espaliú en su primero y la entrega desmesurada y dramática de David Galván. Sin olvidar la capacidad y solvencia de Juan Reverte, que sin apenas tiempo resolvió y ha hecho posible, a nivel de empresa, una Gran Feria; que pasó por momentos de inquietante incertidumbre tras el inesperado abandono de Pepe Amilburu
CALASPARRA (Murcia). Miércoles, 8 de Septiembre de 2010
Crónica.- PEPE CASTILLO ABREU. Fotos.- LA UNIÓN
Tras el paseíllo un merecido homenaje en el ruedo al Dr. García Ayllón, al que se le entregó una placa. Durante treinta años máximo responsable del equipo médico de La Caverina. Micrófono en mano, un emocionado Dr. García Ayllon tuvo palabras de elogio para la afición de Calasparra, para Jesús Navarro -Alcalde de Calasparra- y su equipo de gobierno por su compromiso con La Fiesta, y para su sucesor en la enfermería, el Dr. Ricardo Robles, del que dijo: ''es un gran profesional, estando sobradamente preparado para estar en Calasparra y en cualquier feria y plaza por importancia que tenga.''
No se pudo ver toreo, los novillos-toros de Ponce deslucieron la última de feria, solo algunos muletazos sueltos. De importancia, comenzar por resaltar la actitud de David Galván, conmovió su entrega desmesurada que cobró su precio, aunque afortunadamente sin mayores consecuencias que la tremenda paliza; hasta cinco veces fue cogido de muy alarmante manera. Tres fueron en una escalofriante faena de muleta y otras dos más al entrar a matar con una rectitud y verdad que sobrecogía, tirándose a matar o morir tantas veces lo hizo. La taleguilla quedó destrozada, Galván no se arredró y no transmitió dramatismo alguno, al contrario, se mantuvo entero. Estuvo firme y hecho un auténtico tío. Entera tras dos pinchazos y dos descabellos y en el centro del ruedo saludó la gran ovación. Le convencieron para pasar a la enfermería en medio de un muy respetuoso aplauso con el público puesto en pie. Se merecía ese premio de un emocionado respetable. En el quinto nada pudo hacer, un manso de carreta, que se producía a oleadas y que mostró obsesión por la puerta de toriles. Se fajó con el burel contra querencia, cerradísimo en tablas. A la sexta de pinchazo efectivo dobló el animal, saludando la ovación.
Ignacio González, triunfador de la pasada edición, muy cuajado como novillero, demostró sus buenas condiciones y estuvo muy por encima de un lote que no le sirvió, cogido en su primero sin consecuencias, ante un novillo que engañaba, metía la cara pero en la mitad del pase descaradamente descubría su exenta calidad. Estocada tras dos pinchazos y dos descabellos. Su profesionalidad y honradez le valieron para saludar la ovación tras escuchar un aviso. El segundo de su lote, un siempre llamativo cornipaso, pero que estuvo en la línea de comportamiento general del encierro. Sólo pudo dar algún muletazo que el novillo deslucía con su fea embestida. Faena anodina dada la nula condición del astado. Cobró estocada entera al primer intento. Ovación con saludos.
Cerró cartel Antonio Espaliú que cortó la única oreja, aunque poco pudo hacer con uno más que nada tenía. Animó los tendidos Pascual Melinas al parear con torería y eficacia en dos soberbios pares de banderillas. La faena de muleta algunos pares sueltos, y eso sí, si hay estocadas que merecen premio, la estocada de Espaliú era de oreja que le fue concedida. En el sexto un manso sin trasmisión y una faena soporífera, el aburrimiento era tal, que en un momento se arrancó el público con palmas de tango. Pitos al toro en el arrastre y silencio para Espaliú.
Pero la la tarde se cerró con Fiesta, a los compases de Chocolatero interpretado por la gran banda de música de Calasparra, los aficionados ocuparon el ruedo en un fenomenal ambiente de fiesta. El que no se divierte es porque no quiere, y Calasparra puede dar por éxito la celebración de la XXI Edición de la Feria del Arroz, que pasó por momentos de inquietante incertidumbre, y que gracias al empresario Juan Reverte se ha desarrollado, a nivel de empresa, con nota muy alta.
LA FICHA:
Se lidiaron novillos-toros de D. Enrique Ponce, con cuajo de toros -solo la fachada-, infumables, mansos, sin casta y sin fondo. Se pitaron en el arrastre 4º, 5º y 6º, aunque, también, se merecieron pitos los tres primeros.
IGNACIO GONZÁLEZ, ovación con saludos (aviso) y ovación con saludos.
DAVID GALVÁN, ovación con saludos en ambos.
ANTONIO ESPALIÚ, oreja tras aviso y silencio.
INCIDENCIA: Se desmonteró Pascual Mellinas, tras dos soberbios pares de banderillas. Altercado en el tendido que fue resuelto rapidamente por las fuerzas del orden.
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